Ante una Acelerada e Incontenible Tendencia Urbanizante que amenaza con cubrir todos los valles bajos rodeados de enormes cordilleras con edificaciones, parte de los casos como ¨hecho consumado¨ y no notificando a las autoridades municipales que a su vez, cuentan con una planta de personal extremo limitada como para controlar todas las operaciones inmobiliarias y desarrollos encausados dentro de las 4000 hectáreas abordables del territorio de El Hoyo, resulta imperativo establecer grados de riesgo y vulnerabilidad a partir de los cuales se puedan definir normativas para cada caso.
No existe fundamento más cabal que los limitantes y riesgos que el espacio geográfico impone para determinar hacia dónde, cómo y cuánto resulta recomendable avanzar con el desarrollo.
Toda zonificación en cuanto a USO, pasa a ser una arbitraria modelación de deseos generales que se tornan rechazos cuando los limitantes afectan la libertad de uso discrecional de los terrenos a los propietarios particulares. Y por tanto, toda zonficiación en cuanto a USO, sea agropecuario, urbano o paisajístico no deja de ser discutible cuando el ¨sentido de hábitat¨ y los ¨valores mercantiles de la tierra¨ entran en competencia.
Sin embargo, existen hechos, verdades incontrastables e indiscutibles en contextos de valles bajos rodeados de enormes cordilleras como se trata de El Hoyo, y éstos hechos y verdades inapelables son los riesgos y vulnerabilidades principales que amenazan a la comunidad asentada dentro de esos valles.
Existen diversidad de riesgos de distinto orden y dimensión, tales como las amenazas estacionales determinadaos por el clima. Las intensas sequías de los veranos que favorecen el progreso de incendios forestales a una comunidad en plena interfase Hombre/Bosque y/o Hombre/Pastizal, y las crecidas extraordinarias que pueden suceder en los períodos húmedos para una comunidad en interfase tanto con costas de un río de montaña como con gran cantidad de bajos anegados, bañados y mallines que proliferan en nuestro valle bajo.
Ahora, existen riesgos para el desarrollo y el asentamiento de la comunidad que persisten a lo largo del año, si bien son y pueden ser influenciados intensamente tanto por la sismicidad regional, como por los incendios que favorecen la erosividad de las laderas o por las crecidas hídricas plenas de acarreos masivos de rodados.
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Esos riesgos principales y vulnerabilidades al desarrollo que exhibe el espacio geográfico pueden dividirse en dos dimensiones principales, y están determinados por las geo e hidroformas que presenta el paisaje labradas a través de milenios de actividad geológica y climática.Estos son:
- el Riesgo Erosivo y
- el Riesgo de Anegamiento
Desde los mapas de Riesgo y Vulnerabilidad podemos determinar a grano grueso las areas anegadas y/o erosivas que amenazan a cada lote, cuyas fronteras exactas quedarán a determinarse para cada caso mediante un estudio profesional ¨in situ¨ que permita definir con exactitud geodésica la situación de cada terreno que pretenda desarrollarse, expresando con claridad los límites y aptitudes.
Basados en los mapas de riesgo y vulnerabilidad y las precisiones específicas a cada caso obtenidas mediante el estudio profesional correspondiente, las autoridades podrán definir con precisión cuánto y cómo habrá de permitirse advirtiendo con fundamentos técnicos aquello inconveniente a desalentar.
La Planificación Sensata del Desarrollo exige que abandonemos nuestros deseos personales o comunitarios acerca de lo que idealmente queremos para nuestro lugar y que le preguntemos seriamente al espacio geográfico qué nos conviene hacer o no hacer para evitar poner en riesgo a un creciente número de familias.
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