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¨Expresar, comunicar y difundir los informes, textos, estudios y bases geográficas que respaldan al Plan Territorial El Hoyo¨

lunes, 3 de septiembre de 2012

Espere... Cargando


Mientras se hunde nuestro ingenuo barquito pof pof*

No llegamos a estos valles antes de la máquina a vapor, a lomo de mula cargando nada, apenas aquello vital.
Llegamos en el siglo XX, con topadoras, máquinas viales, tractores y mucho afán. Ansia y Aceleración.
Llegó la ruta y, dividiendo al valle como un enorme dique, dejó correr el tranquilo vivir campestre por sus aliviadores, estancando la dañina urbanización.
Cada semana llegan 10 familias a instalarse y nada señala que se estén ampliando los servicios. Los loteos crecen pero no se cambian los troncales de agua potable para mejorar el abastecimiento, simplemente se agregará otro y otro barrio más a una red ya colapsada. En Bolsón hablan de 350 okupaciones.
Día tras día cantidad de viviendas se suman a recibir del tendido eléctrico sin miras a que se realice un completo mantenimiento y cambio de troncales. Simplemente se agrega y agrega. El tendido, en estado muy deteriorado y dentro de contextos riesgosos, seguirá aumentando conexiones para cortar el suministro a cada rama que golpee la línea.
A este tranco, no dentro de mucho, tendremos todos los servicios en colapso con los impactos ambientales y sociales que ello significa. Pero la urgencia siempre supera la importancia.
Llenaremos de barrios sin cloacas ni agua potable ni electricidad garantizada en un valle bajo, anegado, influído por su cauce principal, el curioso río Epuyén, rodeado de enormes cordilleras con pendientes escarpadas capaces de conducir y concentrar grandes caudales de aguas y acarreos en corto tiempo. Estamos concentrando aceleradamente edificaciones dentro de un valle de aprox. 4000 hectáreas sobre bajos anegados o sobre conos de deyección de arroyos torrenciales o dentro de sitios altamente erosivos, porque la urgencia es sacar ventaja ya, para algunos, o el maquillaje la justicia social, arrastrando a todos con el argumento de ¨necesidades¨ y ¨derechos¨ que no son ni del valle, ni del río, ni de los bosques nativos, ni de las montañas que nos rodean ni de las Aguas que tanto alarde ecológico hacemos de que debemos cuidar, simplemente de simplificar la dádiva compra voto sin considerar las consecuencias.
Debiéramos no perder perspectiva y tener presente de continuo que habitamos un valle bajo, pequeño, frágil y lleno de riesgos y amenazas... pero no nos resulta posible corriendo tras el acelerado ensueño de nuestros afanes desarrollistas.
Entre las políticas forestales, que desde que arribaron a la zona traslocaron el carácter chacarero/granjero/ganadero de cordilleras a cambio de llevarse toda la madera nativa de buena calidad para convertirnos en madereros y plagarnos forestaciones del fosfopino exótico, que no sólo nos ha calcinado cantidad de laderas y de casas por su alta combustibilidad sino que promete invadirlo todo, incluso más allá del timberline. Nuestros nietos verán los pinitos entre los riscos de las cumbres!

Pero entendamos bien lo que afirmamos. Señalamos una política establecida desde larga data que ha conducido al desmadre de descuido de nuestros bosques forestados a la par de nuestra penetración con el desarrollo y los afanes dentro de las interfases descuidadas con falta de adecuada limpieza. Limpieza para la cual siempre faltó presupuesto desde el estado provincial. Que esto no ha sido causa de la últimas gestiones ni de autoridades específicas en cada gestión sino de una corriente de trabajo de larga data que conocemos viene mejorando lentamente e intentando ayudar contra todo lo errado en el pasado.
Tampoco es culpa de nadie que la zona se haya vuelto codiciada para tantos inmigrantes de otros sitios, no siendo tan grande como algunos la imaginan. Nadie tiene la culpa de que los herederos de los viejos chacareros hoy se hayan convertido en propietarios con ansia e intención inmobiliaria entre el sostenido desaliento a la producción agropecuaria y los tentadores valores que han alcanzado los lotes y terrenos a esta altura de los tiempos. Con la tendencia global a crecer y desarrollarse es lógico que quién tenga tierra improductiva y ansíe prosperar desee sacarle provecho inmobiliario y mejorar su existencia.  
Pero lo cierto, es que esta TENDENCIA INSTALADA Y CRECIENTE DESDE QUE LLEGÓ LA RUTA (hace 29 años)NO ES CULPA DE NADIE. ES UNA TENDENCIA, ESO ES. COMO UNA OLA DE MAR.
¿SERÍA POSIBLE ACASO CONTENER Y REORIENTAR O FRENAR UNA SIMPLE OLA DE MAR MEDIA, no hablo de un tsunami, sino de una simple ola de mar?
ni con un millón de chinos entrenados y abrazados.
Al no encontrarle un nombre a esta tendencia inaplazable, la he llamado la AITU.
No imagino cómo justificaremos en el futuro ante las generaciones venideras nuestra contradicción de haber tenido una ¨gallina de los huevos de oro¨ que era nuestro paisaje, nuestra calidad ambiental y nuestra tranquilidad social, una ¨Gema Verde¨como alguna vez la calificamos y haber permitido ponernos de acuerdo para asesinarla, sin considerar sus consecuencias. Pero sabemos que estas cosas siempre se imaginan lejanas, aunque obvias se nos enrostren, y nunca se justifican, los espacios verdes van quedando olvidados bajo el cemento y las aguas en el lugar que les imponemos diariamente en nuestro cotidiano vivir, actitud que refleja nuestra encandilante contradicción cuando nos reunimos para reclamar en asambleas con pancartas que señalan salvadoras:
¨CUIDEMOS EL AGUA¨ .

Dos asuntos que quitan potencia al esfuerzo vecinal por planificar el desarrollo:

1    Por un lado vecinos representados por vecinos concernidos involucrados en los planes que aprueban el Cuidado del Territorio y su Ordenamiento en términos generales mostrándose respetuosos de la identidad y de los ambientes naturales pero que a nivel individual, no estarán dispuestos a que mediante un concejo de vecinos les pongan limitantes a la hora de decidir qué hacer respecto a sus terrenos y propiedades en lo que respecta a uso y edificación. A este aspecto lo hemos constatado en diversas oportunidades lo que permite inferirlo como regla general.
Y como regla general, por estos motivos y respecto a las actuales ordenanzas existentes de planificación, es que nos encontramos con tal cantidad de excepciones, precisamente porque no se verifica voluntad ni capacidad de ajustarse a lo convenido.
Por el otro lado encontramos a gobiernos municipales que no van a estar dispuestos a tener que ceder autoridad y capacidad de decisión y gestión ante limitantes impuestos por consejos consultivos vecinales existiendo por ley el Concejo Deliberante Municipal cuyos miembros han sido nombrados por votación en elecciones públicas. Inaceptable superposición de roles para cualquier decisor actual, además de la confirmación basada en los hechos de que los consejos consultivos en lugar de ayudar, terminan por empañar los asuntos incapaces de gestionar y resolver los problemas territoriales. Prueba que verifica esta afirmación respecto a los concejos consultivos vecinales como ejemplo cercano a citar son los sucesivos y devastadores incendios forestales ocurridos y gestados dentro del área de la ¨Reserva de Usos Múltiples Lago Epuyén¨, donde no se logró oportunamente impulsar la limpieza del combustible acumulado de pinares sucios durante décadas para que casi todos los bosques nativos vecinos se les quemaran, destruyendo reductos de nativas consecuencia de la intensidad y avance de la quema debido a los resinosos pinares. Si admitimos que lograron frenar el avance de embarcaciones a motor, pero no advertimos ningún gesto respecto la actual proliferación masiva de pinos que como pastizales cubren los suelos del contexto, que en el estado de pequeñez actual pueden ser sacados a mano, mientras que dentro de un par de años, habrá que entrar como en cañales, pero con motosierra para poder pasar, ya que conocemos que esos pinos ultracombustibles, al crecer de manera tan concentrada, tienden a elevarse velozmente en busca de luz, transformándose de pequeño pastizal fácil de extraer a mano en una masa de varas firmemente enraizadas  muy difíciles de despejar sin uso de herramientas mecánicas. 
foto reciente de los bosques quemados de Puerto Patriada
 Y de las recomendaciones técnicas respecto a los riesgos erosivos… mejor no profundizar, ya que bastó que publicáramos el mapa de riesgo erosivo donde para que se estableciera un desarrollo de exagerada concentración de edificaciones exactamente bajo el salto del arroyo La Catarata, dentro del espacio más dinámico y vulnerable del cono de deyección de un arroyo torrencial donde se han producido aludes devastadores en un pasado bastante cercano. Referencia: Viejo Aserradero de Breide
Esta claro asimismo que gran parte de la comunidad está dispuesta a defender la ruralidad, la ecología, atender a los riesgos y querer conservar el estilo de vida hasta tanto no le signifique la imposición de no poder disponer a propio criterio de las propiedades que ocupan. A nivel individual, a la hora de sacar provecho generalmente olvidamos al paisaje, la calidad ambiental y la tranquilidad social que estamos quebrantando, aunque ello signifique obvia deformación, empobrecimiento del conjunto o exposición a riesgo al futuro desarrollo si fuera el caso.
De todo esto fuimos oportunamente alertados y no apelamos a la sensatez, pudimos verlo venir y tuvimos oportunidad de tratarlo antes de que entrara en la existencia pero decidimos seguir. Ahora me temo que en adelante avanzaremos hacia una inaplazable remediación.
Entonces, ante esta tendencia inapelable e inaplazable solo nos queda observar y contemplar en silencio la agilidad con que avanzan los hechos y comenzar a considerar otro modo más eficiente de encausar el Ordenamiento y Planificación que pretendemos para nuestro pequeño valle, antes de que sea demasiado tarde.
*llámase barquito pof pof a aquellos pequeños barquitos de lata con forma de remolcadorcito de color verde pelela impulsados por una vela con los que jugábamos - los hoy jóvenes otoñales de la década de 1950 como quién redacta -  de niños en las bañaderas de nuestras casas mientras nuestras madres nos enjabonaban. 
Barquito pof pof